domingo, 21 de enero de 2007

Llegan los radares invisibles

Bajo tierra y a presión. Así “cazan” los nuevos radares que están a punto de estrenarse en Cataluña. Se denominan “piezoeléctricos” y su instalación es tan barata que podrían peinar carreteras enteras. Sensores instalados en la calzada –ocultos bajo el asfalto- se activan con el peso del coche en dos puntos distintos, con lo que determinan a qué velocidad ha pasado el vehículo. Después, mandan una señal eléctrica a la cámara encargada de tomar la prueba fotográfica. Así de sencillo: sin láser ni ondas. Los inhibidores no tienen nada que hacer. Tampoco se pueden detectar a la vista y, como son mucho más baratos que los actuales cinemómetros, podían colocarse a lo largo de toda una carretera. De hecho, la tira de sensores se instala en todos los carriles de circulación: algo que todavía no miden los actuales radares láser. Son los radares piezoeléctricos, unos apartatos que ya funcionan en Gran Bretaña. Cataluña será la próxima región en instalarlos. Según nos han comunicado el Servei Català de Trànsit (el máximo responsable de Tráfico en esta comunidad), las pruebas se han llevado a cabo de manera muy satisfactoria y pronto anunciarán su instalación. Antes del verano, funcionarán seis de estos radares en las carreteras catalanas y, desde ahí, podrían dar el salto al resto del territorio español. Existe otra interesante aplicación para estos aparatos: también podrán medir el peso de, por ejemplo, un camión y comprobar si llevan sobrecarga. Por Patricia Cantalejo Via Autopista.es

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